UN MUNDO ENFERMO.
Es difícil abrir los ojos cada día y contemplar con impotencia el grado de maldad que invade el planeta, que imparable aumenta con el tiempo sin visos de mejora, removiendo poco a poco de nuestro interior los últimos vestigios de esperanza de ver una humanidad más humana y comprometida con su porvenir. Los seres humanos nos hemos transformado en autómatas, persiguiendo el materialismo, actuando la vida bajo un guion escrito, moldeados por la moda y dirigidos a nuestra propia destrucción, completamente enceguecidos por un ego que nos obligó a destruir nuestro ambiente, nuestro sustento y nuestra esencia, pasando por encima de otras especies y por consiguiente rebajándonos a ser una enfermedad que como un cáncer llego a destruir todo a su paso, borrando con sus actos toda muestra de vida y reduciendo al mínimo las probabilidades de darle un respiro a una planeta que pide ayuda a gritos. Estar convencidos que somos el acto más perfecto de la creación, ha llevado a usarlo eq