¿Pueblo elegido… o autoelegido? El mito que sostiene un mundo desequilibrado
Durante siglos, la humanidad se ha mantenido fragmentada por religiones, ideologías y narrativas que colocan a unos por encima de otros, pero pocas han calado tan profundo como la creencia de que cierto grupo —el pueblo judío— ha sido “elegido por Dios”. ¿Elegido para qué? ¿Y por qué razón el resto del mundo debería aceptarlo sin cuestionarlo? Es tiempo de hablar sin miedo. No se trata de negar el sufrimiento que históricamente ha vivido el pueblo judío —como tampoco deberíamos negar el de tantos otros pueblos oprimidos, exterminados o desplazados— alrededor del planeta. El problema comienza cuando ese dolor se convierte en escudo moral y justificación eterna para actos de violencia, supremacismo o victimismo selectivo. Hoy, mientras Palestina arde bajo los escombros, mientras niños mueren por bombas y se justifican masacres en nombre de una “defensa legítima”, muchos se preguntan: ¿Qué clase de divinidad aprueba la ocupación, la humillación, el apartheid y el ex...